jueves, 16 de agosto de 2012

Prólogo 2º parte




Oscuridad. Solo había oscuridad. Se podía escuchar a la perfección los gritos y llantos de los niños a los que estaban torturando, y voces de niños que ya no son niños. El silencio llegó a cada una de las jaulas que conformaban el lugar, pero eso no tranquilizó a los niños, si no que los puso más nerviosos, pues cuando el silencio llegaba, un hombre si cara iba a por ellos y se los llevaba.
En una de las jaulas se encontraban dos niños y una niña, los tres de entre 5 a 7 años. Los tres estaban muy asustados, querían ver a sus padres, volver con ellos y sentir su calor. El miedo se apoderaba de ellos poco a poco hasta el punto de que arañaban la pared para conseguir escapar, pero lo único que conseguían era arrancarse las uñas. Los tres pequeños se pusieron como locos a arañar hasta que escuchar pasos hacia su jaula. Nada mas escuchar los pasos, se quedaron callados y en silencio esperando a que el Hombre sin cara abriera su puerta y se los llevara, cosa que no tardó en suceder. Los pasos pararon delante de su puerta y esta se abrió lentamente dejando paso al Hombre sin cara. No se llamaba el Hombre sin cara por nada, si no que, no tenía cara, donde debía estar su cara solo había un liquido gris que desprendía el peor de los olores. Ese liquido también dejaba escuchar gritos, pero no gritos cualquiera, si no gritos de almas, las almas de todos los niños a los que él se llevaba y su vez, también dejaba ver alguna que otra cara o mano en el liquido, pues las almas no dejaban de intentar salir, pero nunca lo conseguían.
Los tres niños comenzaron a gritar atemorizados y a moverse por toda la sala, pero el Hombre sin cara, con un solo gesto de la mano, los paralizó y encargó a uno de los hombres-serpiente que se los llevara.  
El hombre-serpiente se acercó a ellos y los tres niños pudieron ver porque se llamaba así. Su piel era de escamas doradas y plateadas, en lugar de nariz tenía nos pequeñas franjas rosadas, sus ojos estaba medio rasgados y su pupila era alargada, en cuanto a la lengua, era de una longitud infinita y bífida cosa que dejaba a la mayoría de los niños sin conocimiento, y eso fue lo que paso, los tres niños cayeron al suelo inconscientes.

Cuando abrieron los ojos estaban en una sala de madera, pero no estaban solos, el Hombre sin cara estaba con ellos, y otro niño mas al que no reconocieron, pues nunca habían visto a los demás niños, solo escuchaban sus últimos gritos.
El niño los miró con un dolor que hizo que la niña comenzara a llorar y patalear, pero con una sola mirada de un hombre-serpiente se calmó.
El Hombre sin cara se puso en medio de la sala y comenzó a hablar con una voz que no era exactamente una voz, si no que eran varias voces mezcladas y sonaban con eco.
-Bueno, antes de nada-su voz hizo que los niños se estremecieran y comenzaran a temblar-quiero que vosotros tres-dijo señalando a los tres niños-veáis lo que os va a pasar, será vuestro castigo por ser un incordio.
El Hombre sin cara se acercó al otro niño y comenzó a juntar su “cara” con la del niño. Los gritos del niño eran ensordecedores y sus pataleos y movimientos hacía que las cuerdas que le sujetaban de pies, manos y cuello le rozaran la piel y comenzara a sangrar. Los tres niños quisieron apartar la mirada, pero no sabían porque, no pudieron y tuvieron que ver la escena completa.
El Hombre sin cara junto por completo su “cara” con la del niño acallando sus gritos, pero no sus movimientos…hasta que estuvo un buen rato y el niño dejo de moverse. Cuando se separó el niño tenía la cara blanca y la boca muy abierta y de color violeta. De los ojos le caían dos pequeños chorros de sangre, y tenía la piel completamente pegada a los huesos.
Aquella escena dejó a los niños blancos como la nieve y con grandes lagrimas cayendo de sus pequeños ojos. Los dos niños estaban inmóviles, sin poder mover un solo músculo, pero la niña estaba teniendo extraños temblores. El Hombre sin cara se dio la vuelta y quedó horrorizado. La niña estaba sacando uno de sus dones. Se estaba acercando lentamente a la niña cuando está gritó.
La boca de la niña se hacía más grande y con dientes de lobo, sus ojos se tornaron como los de un halcón, si piernas crujían bajo la transformación de unas piernas de niña a unas piernas de lobo con garras demasiado grandes para ser de cualquier animal conocido. De un empujón se soltó de las ataduras de la dura silla y se lanzó sobre los hombre-serpiente que estaba formando un círculo ante ella. Clavo sus grandes dientes en el cuelo de uno de ellos hasta dejar que se desangrara, por otro lado cogió a dos mas con las garras de los pies y le arranco la cabeza y al último hombre-serpiente le rajó por la mitad con una de sus manos (que se habían transformado en una especie de cuchillos). El Hombre sin cara gritó de una manera repugnante y en un segundo se convirtió en un liquido gris que se fue colando por las grietas del suelo.
La niña (aun transformada) se giró hacia sus amigos, de dos golpes secos rompió las sillas y los dejo caer al suelo. No supo en que momento, pero los do niños se desmayaron, supuso que fue al verla.
Sabía que tenía que salir de allí, pero no podía salir sola, se llevaría a sus amigos, pero…sus manos eran grandes cuchillos era imposible cogerles sin rajarles. La niña comenzó a ponerse nerviosa pues no sabía como volver a ser una niña normal de nuevo, pero, de repente, al pensar en sus manos, estas cogieron la forma de dos grandes manos, era una mezcla entre manos y dedos de águila, pero suficiente grandes como para llevar a sus dos amigos, así que los cogió, miro hacia la ventada de aquella sala (que era muy grande y por lo tanto no había problema) y sin pensarlo corrió y saltó al vacío.

martes, 14 de agosto de 2012

Sombra de Luz ∽Los brujos de Wittenburg 1∽




Prólogo 1º parte


La noche estaba bastante animada, pues en la zona de juegos del pequeño pueblos Wittenburg, se estaba celebrando un teatro para niños, que incluía baile para niños con Bob Esponja y Patricio, bailes barios, un baile en honor a Michael Jackson y actuaciones para todas las edades, con un truco de magia para el final. Al principio solo había unas diez sillas ocupadas, pero conforme fue avanzando la noche se llenaron las 50 sillas que había, y la gente empezó a quedar alrededor de la plataforma donde lo iban a hacer todo a la espera de que comenzara el espectáculo. Aquel lugar estaba formado por tres edificios: El cine, el casino y la gran sala de juegos.
Era una noche preciosa, todas las estrellas brillaban como la mecha de una vela en la más profunda oscuridad, la gente paseaba feliz por la zona de juegos, y los niños correteaban con grandes sonrisas plasmadas en sus pequeños y carnoso labios. Se respiraba un ambiente que pocas veces se veía por aquel pequeño pueblo, un ambiente de paz, de felicidad, pero por desgracia un ambiente que duraría poco…muy poco.
En la tarima donde iban a hacer todo el espectáculo, había una pequeña caseta azul donde los actores se cambiaban la ropa y justo al lado había dos pequeños tubos mirando al cielo que comenzaron a lazar cohetes de todos los colores anunciando la apertura del espectáculo. Todo el mundo se arremolinó rápidamente alrededor de las sillas, que a su vez formaban un círculo alrededor de la tarima. Todos lo niños se pusieron delante de la tarima esperando a que los subieran arriba para bailar con Bob Esponja y Patricio. Por desgracia solo cogieron a 50 niños, los demás tenían que esperar al siguiente espectáculo. Algunos padres se indignaron y se fueron sus niños de allí, a lo que los niños obligados a irse respondían con fuertes llantos. Por otro lado, otros padres lo vieron comprensible y no rechistaron, simplemente cogieron a sus hijos y disfrutaron del espectáculo. Poco a poco la gente se fue acercando hasta tal punto que no se podía andar entre la multitud.
El espectáculo comenzó con un baile entre Bob Esponja y Patricio, seguido de un baile en honor a Michael Jackson y más bailes para niños. El último baile fue una mezcla entre baile y teatro de comedia, eso si, con todos los niños, que rebosaban felicidad y desprendían unas sonrisas que hacían que todo el mundo allí presente tuviera grandes sonrisas plasmadas, unas sonrisas que en poco sería lagrimas.
-¡Y por último!-gritó el responsable del espectáculo-¡Un maravilloso e impresionante TRUCO DE MAGIA!
Todo el mundo comenzó a aplaudir estrepitosamente hasta que el hombre pidió silencio para poder llevar a cabo ese truco de magia.
-Este truco-empezó a explicar- puede que les asuste, pero por seguridad, y que no tengan miedo, pueden observar que hay varios policías vigilando el lugar.
Todo el mundo se quedó extrañado y pudieron comprobar que como había dicho el hombre, había varios guardias vigilando el lugar. La gente comenzó a murmurar, pero antes de que pudieran decir nada el hombre levantó los brazos y gritó:
-¡QUE COMIENZE…LA MAGIA!
Después de guiñar un ojo a publico, los demás bailarines comenzaron a sacar una gran tela que en pocos segundos se hizo tan alta que tapaba a todos los niños. La gente comenzó a levantarse, pero se quedaron de piedra cuando de detrás de la tela negra empezó a emanar humo y todo tembló. Cuando levantaron la vista, vieron como los bailarines dejaban la tela caer y no había ninguno de los niños.  El hombre volvió a guiñar un ojo, y con un gesto de la mano todo el mundo cayó de espaldas al suelo, seguidamente el hombre se empezó a agachar, levanto la cabeza y de un salto se convirtió en una pequeña esfera negra e inundo todo el lugar en una máxima oscuridad.
Cuando la oscuridad se disipó, la tarima había desaparecido, así también con los bailares, el mago y…los niños